Llegamos al penúltimo tema, en el
que hemos trabajado la lectura literaria y la animación lectora. Este tema era
completamente desconocido para mí y, la verdad, no sabía qué podía esperar de
él.
Comenzamos hablando de los
distintos tipos de lectura existentes. Por un lado puede ser literaria (sus
objetivos son variados y los libros pueden elegirse libremente, imponerse o
seleccionarse en una lista) o no
literaria. Por otro lado, la lectura puede llevarse a cabo en voz alta para
potenciar la expresividad del texto o bien en silencio para reforzar la
comprensión.
En cuanto a la comprensión,
aprendimos que no significa repetir un texto sino, simplemente, interpretar lo
leído a partir de unos conocimientos, intenciones y expectativas.
De niño, en mi colegio se utilizaba
sobre todo la lectura expresiva. La lección la leía algún alumno y en la hora
de lectura íbamos leyendo cada uno párrafo por párrafo, lo que la hacía monótona
y no estimulaba nada en absoluto. Además, las actividades que realizábamos
(fichas por lo general) no incitaban excesivamente a la lectura.
Respecto al trabajo en el blog
sin duda he aprendido un montón de actividades de animación a la lectura
(antes, durante y después). Son unas ideas fantásticas para que el niño se implique
en la lectura del libro por sí mismo y no acabe percibiendo la lectura como
algo aburrido. Siempre he dado mucha importancia a la lectura, sobre todo fuera
de clase. Pienso que a través de ella he descubierto muchas historias
fantásticas y, también, me ha ayudado a mejorar la ortografía hasta el punto de
que es muy raro que cometa alguna falta.
En mi clase de prácticas todas
las semanas se dedicaban a la lectura en voz alta unas dos horas. Aunque se
contaba con diferentes libros, por desgracia a veces se optaba por releer el
mismo libro más de una vez, incluso aquellos tan cortos que se leían en media
hora. Además, la clase tenía su propia biblioteca formada por libros que los propios
niños aportaban de forma temporal. Allí había de todo: libros sobre animales,
personajes de Disney e, incluso, mangas de Dragon Ball. Estos libros se podían
leer en clase en silencio en los ratos libres o bien se podían llevar a casa.
Por mi parte, a la hora de dar
clase he intentado establecer un equilibrio en lo referente a la lectura
expresiva y a la comprensiva. Empezaba pidiendo a algún niño que leyera los
ejercicios o la lección en voz alta y luego les aconsejaba que lo leyesen de
nuevo en voz baja para que lo comprendiesen bien. Además, para seguir la
dinámica de mi tutora, les ayudaba a subrayar la lección, ya que así lograban
discriminar la información importante de la esencial.
Cuando me llegue el momento de
tener mi propia clase, sin duda trabajaré la animación a la lectura de los
libros que leamos. Como ya he dicho antes, me parece un recurso valiosísimo.
Espero que así los niños tengan en cuenta a la literatura como la he tenido yo y les
sirva igualmente de gran utilidad, tanto para aprender como para entretenerse.
En conclusión, este ha sido un bloque
en el que todo era nuevo para mí y he aprendido muchas cosas, sobre todo a la
hora de realizar actividades de animación a la lectura de un libro.
Bien. No has sido tan crítico con el trabajo lector en tus prácticas como deberías haber sido. No se trabaja en ningún caso la lectura comprensiva y no se permite al niño crear estrategias lectoras porque todo se le da hecho.
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