jueves, 24 de enero de 2013

Reflexión personal (tema 2)


Este tema, literatura folclórica, me pareció interesante desde el principio, pues es algo que me gusta y pensé que era algo que ya conocía en parte (cuentos de los hermanos Grimm o todos los de Disney, por ejemplo), o eso creía.

Comenzamos definiendo la literatura folclórica como textos que pertenecen a los tres géneros y conforman la tradición cultural de los pueblos. La literatura folclórica no es infantil, y es realmente sorprendente cómo cuentos que ahora todos los niños conocen resultan ser adaptaciones de textos folclóricos de contenido explícitamente adulto. Uno de los casos más llamativos fue la primera versión conocida, que no original, de Blancanieves, completamente diferente a la actual y con elementos bastante adultos. Siguiendo con los contenidos, los textos folclóricos surgen en el pueblo, son de transmisión oral, existen multitud de variantes de un mismo texto (de ahí que no existan versiones originales), son infantiles, no persiguen ningún fin (sólo entretener), reflejan la sociedad y los deseos del pueblo, no tienen autor, sus orígenes son muy diversos, no son machistas y están cargados de simbolismo.

Los títeres de cachiporra son otro elemento a tener en cuenta dentro del teatro folclórico. En este tipo de teatro los protagonistas son muñecos de mano. Su argumento es simple, como se puede suponer por los medios de los que se disponen.

En cuanto a la poesía, para mi sorpresa éste ha resultado ser el género más cultivado en el folclore infantil.

También hablamos de todo tipo de estudiosos de la literatura folclórica (sobre todo de Vladimir Propp y, en menor medida, de Pedro Cerrillo) y de los recopiladores más importantes como Charles Perrault o los hermanos Grimm, entre otros.

Respecto a la metodología en clase he de decir que, como seguramente dirán todos mis compañeros, que una de las mejores cosas que ha tenido este bloque ha sido el poder escuchar diferentes cuentos con la narración de nuestra profesora. Recuerdo especialmente el día que nos narró aquella adaptación de la Bella y la Bestia.

Hablando de adaptaciones, en este tema se encuentra una de las, a mi juicio, mejores actividades de todos los bloques: la adaptación de un cuento. Una vez que se conocen las pautas y se tiene la historia en la cabeza es bastante entretenido escribirla.

En cuanto a la mi experiencia en las prácticas no puedo comentar nada porque, como ya he mencionado y mencionaré en el resto de reflexiones, la literatura en la clase en la que estuve sólo se trabajaba durante la hora de lectura, en la que se limitaban únicamente a leer libros en prosa que en ningún caso provenían de textos folclóricos.

Como futuro profesor lo mejor que puedo hacer es enseñarles a mis alumnos quiénes son los mayores autores o recopiladores de cuentos folclóricos (especialmente los Grimm, que tienen los cuentos más conocidos), sus relatos, así como diferentes versiones de cuentos que se adecuen a sus edades, versionar yo mismo algún cuento e, incluso, sería una buena idea mostrarles o hacer en plena clase un teatro de títeres de cachiporra, que es un recurso que ya no se ve y que a los niños seguro que les encanta.

Para acabar, me gustaría recalcar  que este bloque ha sido, si no el mejor, uno de los dos mejores junto al quinto para mi gusto. El tema era muy interesante y la enseñanza entretenida.

1 comentario:

  1. Bien. Tu objetivo como maestro debe ser continuar con la transmisión oral de la literatura folclórica (en sus tres géneros) tal y como se ha ido realizando a través de los siglos. No es tan importante conocer a los recopiladores como conocer la magia de la literatura folclórica.

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